¿Por qué los atracos no disminuyen en Medellín?

Cuando bajó la mirada para cambiar la estación de radio, Alonso Jiménez sintió un golpe en el vidrio del carro que lo hizo sudar. A su lado un hombre en moto le mostraba una pistola y le hacía señales para que bajara el vidrio. Fueron segundos, pero a él le parecieron horas. Pensó en arrancar, pero delante suyo había una camioneta y el semáforo estaba en rojo; consideró no hacerle caso al motociclista, pero ahora éste le apuntaba con la pistola y amenazaba con dispararle.

“Sólo ahí reaccioné. Bajé el vidrio y él sin quitarse el casco me pidió el celular. Cuando se lo entregué vio mi argolla matrimonial y también me la quitó y salió a toda velocidad y en contravía”, recuerda.

Ese día de enero terminó para él con varias horas en la estación de policía haciendo la denuncia.

Según estadísticas de la Policía, hasta el 31 de marzo, 4.050 personas habían sido víctimas de algún tipo de robo en Medellín (atraco, de carro, moto, casa o comercio). La cifra es 7,5 % más alta que en el mismo período de 2017.

Si hablamos específicamente del hurto a personas (atraco, raponazo, cosquilleo, robo de celulares), tenemos que en los primeros 75 días del 2018 en Medellín se presentaron 1.932 denuncias por ese delito, según los registros de Fiscalía. Eso quiere decir que cada hora por lo menos una persona fue atracada en las calles de la ciudad. El promedio nacional es de un robo cada 80 segundos. En ese mismo período de tiempo se robaron en la ciudad 1.153 celulares; o sea, unos 15 equipos por día.

El general Óscar Gómez Heredia, comandante de la Policía Metropolitana, reconoció que las estadísticas de hurto a personas no han bajado en la ciudad, pero aseguró que no se trata de un aumento inusitado en las conductas delictivas, sino un mayor acceso a las denuncias. “Desde el año pasado con la Fiscalía unificamos los sistemas de información y lanzamos la herramienta web ‘A denunciar’. Sabemos que ese delito siempre ha tenido un subregistro y con estos sistemas facilitamos la denuncia. Buscamos conocer la realidad del delito para combatirlo con mayor eficacia”, dijo.

Así se mueve el ilícito

El general Gómez aseguró que detrás de esos robos hay varios delincuentes comunes -no asociados a estructuras criminales y 10 bandas, responsables de muchos de los robos en el centro de la ciudad.

La lista la encabeza la banda “la Viña”, nacida en Manrique y que además de celulares, se especializa en el robo de motos. Le siguen “los Intocables” -que incluso se extendió hasta la Costa-, y “los Biónicos”, que aprovechaban la congestión en el metro de Medellín para robar billeteras y celulares. También están “los Cocuelos”, que actúan trayendo jóvenes desde Urabá para hacer “cosquilleo” en el centro, y la lista la cierran grupos más pequeños, como “los Terranova”, “los Tatos”, “Prado Centro”, “los Berrío”, el combo “Araña” y “Carabobo”.

“Casi todas esas bandas funcionan como en outsourcing con el crimen organizado. Viven del robo pero también trabajan en otras cosas. Cuando un cabecilla es capturado y no hay quién le pague la nómina, los delincuentes subsisten con estos robos”, agregó el general Gómez.

Un analista de las dinámicas criminales de Medellín que pidió la reserva de su nombre, aseguró que el hurto es una renta para la base de la pirámide criminal.

“Robando celulares nadie se hace rico, por eso uno no ve a los jefes de las bandas ni a los mandos medios en las calles. Pero es una renta criminal que sí permite que los ‘pelaos’ de menor rango subsistan y hoy roban celulares porque es lo más caro que lleva la gente en la calle. Antes eran los relojes y los tenis”, aseguró.

Luis Fernando Suárez, quien fue vicealcalde de Seguridad de Medellín entre 2012 y 2015, explicó que existe otro tipo de ladrones que son más difíciles de combatir y son los de “oportunidad”. Se trata de personas que están en las calles o centros comerciales y aprovechan el descuido del ciudadano para llevarse celulares, billeteras o maletas.

“Durante la administración nuestra comprobamos que el delito siempre estaba en aumento, pero sabíamos que había un subregistro. Según nuestros cálculos apenas el 10% de los robos se denunciaba”, sentenció.

Judicializar, el reto

El abogado Jairo Herrán Vargas, quien fue durante 8 años personero de Medellín, dijo que el principal problema de las autoridades al combatir este delito es mantener a los atracadores en la cárcel. Y no por falta de gestión judicial, sino porque, por el tipo de elementos, la mayoría de estos robos se consideran delitos menores y son excarcelables.

“Muchos de esos robos se hacen sin ejercer violencia, sin usar armas y los elementos que roban son de fácil salida (dinero, oro, celulares). Por ser delitos menores tienen menos atención del Gobierno”, dijo.

Eso sucedió en Medellín con “los Cocuelos”: el año pasado la Policía capturó a 32 de ellos y la Fiscalía comprobó que muchos ya tenían detenciones y hasta condenas por el mismo delito.

“Para evitar que volvieran a la calle recopilamos evidencia y se probó que como el delito era sucesivo y en banda, se configuraba un concierto para delinquir. Hoy todos ellos siguen con medida de aseguramiento intramural (cárcel)”, dijo el general Gómez.

El año pasado en la ciudad fueron capturadas 2.934 personas por hurto y este año van 670, según la Policía.

Los puntos calientes

Hasta mediados de 2017, la Secretaría de Seguridad tenía identificados tres puntos en los que se cometían la mitad de los atracos del centro. Se trataba de los cruces de la carrera 50 con calle 50, la carrera 50 con calle 51 y la carrera 53 con calle 54.

El comandante de la Policía, general Óscar Gómez, aseguró que esos sitios fueron intervenidos. “Con la estrategia de recuperación de parques de la Alcaldía llegamos a esos sitios y la delincuencia se desplazó. Como resultado tenemos un aumento de hurtos en zonas como Laureles y Estadio. Pero allá también estamos empezando intervención”, agregó.

Hoy, por ejemplo, se tiene identificado el corredor de la carrera 70, en los alrededores del estadio Atanasio Girardot, como uno de los puntos donde más robos ocurren, aunque la Policía no dio cifras exactas.

Según el Sistema de Información para la Seguridad y Convivencia de Medellín (Sisc), el centro sigue siendo la zona más golpeada por el hurto. El 28% de los robos de la ciudad ocurren en esa zona donde circula diariamente más de un millón de personas.

La segunda zona con mayor incidencia de hurto es Laureles- Estadio (comuna 11) con 11,5% de los casos. Le siguen, en su orden, El Poblado, con 8,6%; Belén, con 7,8%; Castilla, con 6,3%; Robledo, con 5,7%; Aranjuez, con 5,3%, y Guayabal, con 4,97%.

Reacción ciudadana

El 26 de marzo pasado se hizo viral en Medellín el video en el que la víctima de un robo atropella a los delincuentes. La polémica sobre si es legal tomar justicia por mano propia, pues cada vez hay más casos de linchamiento. Al respecto el alcalde Federico Gutiérrez, dijo en Twitter que “quienes deben ir a la cárcel son los criminales (los víctimarios), no las víctimas”.

Pero Juan Carlos Álvarez, profesor de derecho penal de la universidad Eafit, le aclaró ese mismo día a EL COLOMBIANO que si bien la ley contempla la legítima defensa, el marco jurídico considera que debe ser proporcional a la agresión..

Fuente: elcolombiano.com
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