Los buenos ciudadanos ahora tendrán su recompensa

Ángela María Wolf se llevó una sorpresa cuando, en una hoja de papel, le entregaron una misiva remitida por la alcaldía de Medellín. A simple vista parecía una fotomulta aplicada por contravenir una norma de tránsito. Pero, mirando en detalle, el papel decía otra cosa: “Fotoculta electrónica”. Más abajo se aclara de qué se trata: “Has sido seleccionado para recibir este reconocimiento por contribuir a la construcción de una movilidad más amable y segura para todos”.

El hecho sucedió la semana pasada. Este es uno de los tres experimentos que, por estos días, comenzó a implementar la secretaría de Cultura Ciudadana de Medellín con el fin de visibilizar a los ciudadanos que diariamente aportan a la convivencia con su buen comportamiento. La estrategia general se denomina ‘Ciudadanos como vos’ y piensa ser ejecutada hasta el final de la actual administración.

Generalmente, en todas las campañas, nos enfocábamos en los incumplidores. En ‘Ciudadanos como vos’ queremos concentrarnos en los ciudadanos que cumplen las normas, que le aportan a la ciudadLina Botero, secretaria de Cultura Ciudadana de Medellín, reveló que hasta el momento han sido entregadas 500 fotocultas; la meta es dar 2.000. 

Botero explicó que la estrategia surgió luego de ver que la mayoría de campañas de cultura ciudadana están enfocadas a quienes no cumplen las normas. “Generalmente, en todas las campañas, nos enfocábamos en los incumplidores. En ‘Ciudadanos como vos’ queremos concentrarnos en los ciudadanos que cumplen las normas, que le aportan a la ciudad”, expresó Botero.

Concretamente, las fotocultas reconocerán a ciudadanos que estacionen bien sus vehículos, respeten los semáforos y den vía a los demás. “La inmensa mayoría de la gente actúa de manera correcta, respeta los semáforos, da paso al peatón. Queremos que nos contagiemos de lo bueno que ocurre en la ciudad”, dijo el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, acerca del lanzamiento de la estrategia.

Ciudadanos como vos cuenta con dos experimentos más que premiarán el buen comportamiento.

Una tienda de la confianza

En la plazoleta de la Alpujarra fue instalada una ‘tienda’ que no tiene quién la atienda. Es una chaza de madera, como la que utilizan los vendedores ambulantes. Los transeúntes pueden acercarse y llevarse el producto que deseen: chicles, galletas, dulces. A un lado tiene un compartimiento en el que se dejan los billetes y monedas. Todos los productos cuestan 1.000 pesos y son los mismos clientes, en caso de ser necesario, quienes reclaman su propia devuelta.

Libardo Blanco, un cartagenero que caminaba por la Alpujarra, se quedó meditabundo al ver la tienda. Incrédulo, esperaba a que alguien llegara a cobrarle por el producto que se quería llevar. “Estaba acá parado hace rato esperando a que alguien me atendiera. Yo nunca había visto una vaina como esta. El que se inventó esto definitivamente la sacó del estadio”, dijo Blanco.

Mónica Orrego, una de las profesionales de la secretaría de Cultura Ciudadana encargada de la implementación de esta estrategia, contó que los ciudadanos han respondido de buena manera a la iniciativa.

La secretaria de Cultura Ciudadana dijo que la primera semana se registró que un 93 por ciento de las personas respetó las reglas de juego de la tienda. Es decir, pagó por el producto y se devolvió lo justo. “Las personas han respondido bien. Lo importante no es la publicidad. Nosotros, con base en las encuestas de cultura ciudadana que tenemos en la ciudad, sabemos que la mayoría de personas de Medellín cumple las normas, le aporta a la convivencia”, argumentó Botero.

Tienda de la confianza

La gente es quien paga y se da la devuelta correspondiente.

Foto:

Esneyder Gutiérrez

La semana pasada fueron instaladas seis de estas tiendas de confianza. La idea, según la secretaría, es poner a funcionar 20 y rotarlas por diferentes partes de la ciudad. 

El otro experimento es la comparsa. Emilio Arango, del equipo de la secretaría de Cultura Ciudadana, explicó que se trata de un grupo de actores que se camufla entre los ciudadanos. Uno de ellos, por ejemplo, cruza la calle por una cebra peatonal. Si el conductor del vehículo se detiene para que el peatón pase, los demás actores se activan y le hacen un reconocimiento al conductor por su buen comportamiento. “Se hace una coreografía para reconocer el buen acto realizado. Es, en fin, una recompensa al ciudadano”, puntualizó Arango.

Fuente: El Tiempo

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