Como una empresa quijotesca calificó Ana Cristina Abad, directora ejecutiva de la Filarmónica de Medellín, el nacimiento y mantenimiento de esa orquesta, que este año está celebrando 35 años de existencia. En 1983, como alternativa a la ya existente de Antioquia, Alberto Correo fundó la filarmónica que desde ese momento ha sido emblema artístico de la ciudad. La idea, en ese entonces, fue acompañar al Estudio Polifónico de Medellín y darles oportunidad a los músicos jóvenes de la ciudad para que pudieran realizar prácticas orquestales.
Al maestro Correa lo tildaron de loco y de Quijote cuando fundó la filarmónica
En 1996 dio un paso esencial y se convirtió, junto con las dos orquestas de Bogotá y la de Cali, en una de las cuatro orquestas profesionales del país. En 2002, mediante el acuerdo 40, fue declarada patrimonio cultural de la ciudad.
Ahora, en 2018, piensa celebrar sus 35 años de existencia como lo merece. La gran celebración comenzará el próximo 16 de abril cuando, en un acto solemne, el director chileno Francisco Retting y los colombianos Alberto Correa y Alejandro Posada interpreten obras de F.J Hauydn, Richard Wagner y Johann Strauss, respectivamente. Retting es reconocido internacionalmente por sus interpretaciones de los post-románticos alemanes. Posada, por su parte, es uno de los directores de orquesta más importantes de América Latina.
Gonzalo Ospina, director asistente y concertino principal de la Filarmónica de Medellín, considera que, con el paso de los años, la orquesta ha tenido un crecimiento vertiginoso en cuanto a su calidad artística. “Al maestro Correa lo tildaron de loco y de Quijote cuando fundó la filarmónica. En ese momento había muy pocos profesores, la profesionalización de la música era muy escasa. Ahora somos un ejemplo de cómo debe funcionar un grupo cultural en Colombia”, expresó Ospina.
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Ese 16 de abril, además de la interpretación artística, recibirán reconocimientos públicos por su labor de formación musical durante estos 35 años.
A pesar de que la celebración será todo el año, el segundo gran evento de conmemoración tendrá lugar el próximo 29 de abril y contará con la presencia del reputado director Andrés Orozco, quien interpretará el Réquiem Alemán de Johannes Brahms. Orozco es el director colombiano con mayor proyección actualmente.
Ospina, haciendo un símil con el fútbol, explicó la relevancia que Orozco tiene para la orquesta: “Yo soy hincha del Medellín y lo expreso de la siguiente manera: que Andrés Orozco nos dirija es como si trajéramos a Messi a jugar en el Medellín. No solo por un día, si no por una temporada”.
Una ciudad tiene que tener orquestas, periódicos, editoriales. No se puede pensar en el dinero que da el producto cultural, sino en el aporte que hacen estos a la comunidad
Este director ha se ha desempeñado en las filarmónicas de Londres (Reino Unido), Fráncfort (Alemania) y Houston (Estados Unidos). Ahora está dirigiendo la filarmónica de Viena, tal vez la más importante del mundo; luego de una gira por París, Budapest y otras ciudades europeas con esta orquesta, tomará un avión para dirigir la filarmónica de Medellín.
Pero la orquesta no se queda solo en la interpretación musical. Abad dice que, a través de los años, ha ayudado a la formación de la ciudadanía. “La orquesta se ha atrevido a salir del teatro, a tocar otras músicas, a dialogar con el ciudadano de a pie. Queremos que la gente se acerque a la música, a las expresiones artísticas”, comentó Abad.
Filarmónica de Medellín
Concierto al aire libre, por la Filarmónica de Medellín.
Foto: Cortesía Filarmed.
En ese mismo sentido, la orquesta ha pensado en programas como Música y Reconciliación, una apuesta para contribuir al proceso de post conflicto por el que el país está pasando.
Abad reconoció que, a pesar del apoyo de los sectores público y privado, no hay una política pública firme para apoyar a la orquesta.
Ospina, por su parte, expresó que la ciudad debe sentirse orgullosa de su filarmónica y apoyarla de una manera más contundente. “No es solo sobrevivir, como ha sucedido; es poder funcionar bien, aportar a la cultura de la ciudad. Una ciudad tiene que tener orquestas, periódicos, editoriales. No se puede pensar en el dinero que da el producto cultural, sino en el aporte que hacen estos a la comunidad”, puntualizó Ospina.
Fuente: El Tiempo