“De las palizas en el ciclismo se sale renovado”

A esta altura la mayoría del público sabrá que Chris Horner es el ciclista más viejo en correr una Vuelta a Colombia. Como también (o si no acá lo recordamos) que el estadounidense es, además, el más veterano en ganar una de las tres grandes carreras: lo hizo a sus 41 años en la Vuelta a España, en 2013.

En un deporte propenso al heroísmo, su historia es una mina que, en las manos de un escritor inquieto, le resulta irresistible. Aunque él no lo cree así. “No way”, dice. Nada de heroísmo. Su vida y carrera, asegura, tienen la sencillez de su aséptica facha y sus cordiales maneras de un “cowboy” de su natal Oregón, Lejano Oeste.

Chris, aunque usted aclaró que hubo un malentendido en la información, ¿no fue un inconveniente innecesario marcharse rumbo a EE. UU. tan pronto ganó la Vuelta a España, sin esperar los habituales controles, con la crisis que se agudizó por esos días sobre el dopaje?

“Bueno, eso se explicó en su momento. Lo que creo es que muchas de las grandes hazañas del ciclismo han estado rodeadas de paranoia, y eso está mal. Enrarece el ambiente. Recuperar la confianza entre el pelotón y la afición es lo que puede garantizar que el ciclismo se fortalezca”.

Horner nació en Okinawa, una isla japonesa con una base militar estadounidense. Reparándolas, aprendió a querer las bicicletas. A los 15 años empezó a montarlas en competencia.

¿Por qué venir a Colombia?

“Bueno, ¿y por qué no? (sonríe) Mis compañeros colombianos del equipo (Illuminate) me hablan sobre las carreteras y los paisajes de este país. Cuando te entra la ansiedad por ver qué tal es un recorrido, quiere decir que aún hay fuego en el cuerpo y no es hora todavía de bajarse de la bicicleta”.

A mediados de los 90 andaba por las carreteras gringas en una de esas casas rodantes que se ven en las películas, con su fiel escudera, una vieja bicicleta Madone, compitiendo en cuanta carrera podía. Tenía pelo largo y una barba enmarañada y multicolor. Fue casi luego de los 25 años que empezó a correr en Europa.

Ganó un par de carreras, tras dejar todo lo que tenía, se marchaba tranquilo. “Next time”, afirma que decía en ese momento.

¿La paciencia, entonces, lo puso frente a la oportunidad de su vida para ganar la Vuelta?

“Sí, pero también la rebeldía (sonríe, más de lo habitual) Hay que saber cuándo esperar y cuándo lanzarse y no dejar que nada ni nadie te quite lo que debe ser tuyo”.

Horner ganó la Vuelta a España hace seis años, no gracias a su equipo, como tendría que ocurrir siempre, sino a pesar de este, pues pocos creían en él. Todo en el equipo Radioshack estaba dispuesto para el líder Fabián Cancellara. Pero Horner supo que ese era su momento y lo hizo.

¿Y por qué no se retiró en ese momento, que parecía el final perfecto en este un deporte duro, que golpea tremendamente el cuerpo?

“El ciclismo es el deporte más democrático que conozco. Siempre tiene algo que ofrecer para todo el que esté dispuesto a persistir: un título, una etapa, un puerto, cruzar la meta tras caerse. Hace años cuando pensé en retirarme mi hijo me dijo que no lo hiciera, que lo que yo hacía era su orgullo. Antes de salir en la etapa (en Pereira) un señor me dijo “Horner, I remember your title” (Horner, recuerdo tu título), esas cosas me llenan aún de motivación. Se puede dejar huella sin ser un prodigio”.

Ayer Horner se cayó a la altura del kilómetro 14 con destino a Armenia. Se sacudió y siguió a su ritmo. Si nada pasa, probará su cuerpo y su cabeza en seis etapas de montaña. Pero él sabe en lo que se metió y lo disfruta.

¿Tiene algún sentido especial para usted superar los ascensos colombianos?

“Honestamente, lo único que espero es disfrutarlo. Precisamente en la Vuelta a España que gané aprendí que la montaña ya es lo suficientemente dura como para intentar hacer lo que otros esperan que hagas. Sé que encontraré aquí ascensos difíciles, pero quiero disfrutarlo, aunque como dicen, eso dolerá mañana” (sonríe).

A propósito de la Vuelta, Nairo Quintana la correrá en pocos días, tras un Tour difícil y la presión por no poder conseguir el título allí. ¿Cómo debería afrontarla?

“Lo único que puedo decir es que no puede desfallecer. Si aún no gana el Tour es porque su tiempo no ha llegado. Pero sí debe ser valiente para pelear por lo suyo cuando sea su momento. Mientras tanto, que disfrute cada kilómetro y del viento que pega en la cara en la montaña. A veces el ciclismo te da palizas de la que puedes salir renovado si así lo quieres”.

Y debe serlo, porque aún 31 años después Horner no se cansa de recibirlas.

Fuente: http://www.elcolombiano.com